Educar para la libertad es formar ciudadanías libres, capaces de entender las complejidades y conflictividades del mundo de hoy, y estar en capacidad de desenvolverse con propiedad dotados de herramientas conceptuales, experienciales, prácticas para vivir y exigir en democracia el mayor bien supremo de esta: la dignidad de la persona humana.

El respeto y reconocimiento de nuestra condición de humanos nos exige, además del respeto por nosotros mismos, de la otredad y el compromiso con la igualdad y la libertad como ciudadanos libres, incluyentes y plurales, pero también dispuestos a participar activamente y con espíritu crítico en lo que concierne a todos: lo público. 

Por lo tanto, no se trata solamente de la adquisición de conocimientos contenidos en los textos que sobre derechos humanos circulan con abundancia, o las diferentes declaraciones, tratados internacionales, convenciones y protocolos, sino también el relacionamiento de los derechos humanos con los valores más entrañables para el ejercicio de nuevas ciudadanías. 

Nuevos y mayores esfuerzos en este tema se requieren para responder a los inmensos desafíos que nos presenta el siglo XXI, como el declive de la democracia, la violación permanente de los derechos humanos por el Estado, la crisis ambiental, la inequidad y desigualdad en la sociedad. 

Por estas razones, es un deber de todo(a) ciudadano(a) velar por la defensa, protección, promoción, difusión, formación para desarrollar acciones, actividades, jornadas propositivas en la comunidad, así como el compromiso para hacer de los derechos humanos una apuesta política, un ideal común y una parte esencial de la cultura y la convivencia en la vida cotidiana.

Líderes y lideresas sociales y comunitario(a)s, defensores de derechos humanos, víctimas del conflicto, migrantes, minorías étnicas, sindicalistas, docentes, personas en situación de discapacidad, población LGBTIQ+ y todas aquellas personas que, indistintamente de su profesión, clase social, ideología política o religiosa, quiera adquirir las herramientas para caminar desde sus territorios hacia un país que respete con profundidad los derechos humanos.